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Bienvenidas a Sacaleche.

Mi nombre es Celina, y comienzo a escribir este blog en medio de este hermoso CAOS llamado puerperio. En este momento en donde tu vida acaba de cambiar para siempre, el tiempo se vuelve loco y las noches son días y los días son noches. A partir de allí todo tu mundo se descontrola.

Esta es mi historia junto a Javi, mi bebé, que en sus pocas semanas de vida llegó para revolucionarlo todo de amor, caca y leche. Pero no creo que sea tan particular, al contrario, creo que es lo que a muchas nos pasa pero no nos detenemos a hablar de ello. Hablemos de puerperio, hablemos de la lactancia no tan perfectita como de película de Julia Roberts, hablemos desde lo más despeinado de nuestro ser. Me pongo a escribir entre teta y teta, pensando en que vos en este momento estás pasando por una situación similar y quizás pueda brindarte algo de luz o aunque sea simplificarte el  camino o bien tan solo que te sientas acompañada. Muchas veces es lo único que necesitamos, aún estando rodeadas de personas.

Menos parto, más lactancia materna

El test da positivo y junto a las citas médicas y los cambios de hábitos por la salud tanto del bebé como la tuya, llega algo que te acompaña durante los nueve meses: vas a pasar por un parto y se convierte en un monstruo de dimensiones colosales.

Te asuste más o menos el tema, a ninguna le gusta tener que pasar por ahí… Eso nos genera involuntariamente un poco de ansiedad extra y ahí es que nos volcamos a preguntar a otras mujeres que parieron, nos ponemos a ver videos de YouTube (que además ya reconoce que estás con ese tema en la cabeza y no para de sugerírtelo, retroalimentando el hambre por información), compramos libros, etc, etc, etc y etc al cuadrado. No obstante, y como para que no logres alejarte mucho de la temática, a muchísimas mujeres se les da por contarte, sin que NADIE pregunte, lo feo que fue su parto y cuanto sufrieron. ¡Ah! Pero tranquila -«eso que me pasó a mi no tiene porque pasarte». Como si eso bajara el nivel de desasosiego que acaban de subir como el nivel de glucosa después de la famosa curva.

Como todo en la vida, también te pasan cosas como que una vecina copada te diga -«me encanta parir, pariría todos los años» cuando vos estás con el bombo por estallar. Ahí mismo te dan ganas de decirle: -«¿Querés ser mi mejor amiga?» jajaja. Sin dudas no es lo que yo podré decirte, y tampoco voy a caer en contarte que parto de &#$%&$!!! tuve, aunque de verdad que bien no la pasé. Pero de ese momento se sale. Es un momento muy cortito (y lo dice una persona que tuvo casi 60 horas y solo 10 con epidural). El parto realmente se convierte en una parte muy, muy mínima del proceso. Si tuviera que repetir, invertiría muchísimas menos horas en información ahí.. que si sus fases, que si el preparto en casa, que si la pelota de pilates, que si hipnoparto… Al final tenes bastante poco dominio sobre lo que pasa, pero lo más importante: PASA. Está buenísimo estar informadas, pero no invertiría más que las charlas con la matrona y algún buen video sobre ejercicios y respiración. En lo que si me centraría es en lo que viene después… No nos preparamos para vivir el puerperio como lo hacemos con el parto. El parto es un día, el puerperio 2 meses. Tampoco nos preparamos lo deficientemente bien para la lactancia, y es allí donde muchas veces se falla y puede terminar con la lactancia materna en su totalidad o en el mejor de los casos de forma exclusiva. Es mucho lo que arriesgamos y sin embargo no le damos la importancia que deberíamos, asustadas por el cuco del parto. 

¡Hola!

🇦🇷🇪🇸 Soy argentina, vivo en Madrid hace 3 años.

✒ Me dedico al diseño gráfico y web, ahora también a la aventura de ser mamá. 🤱

💁‍♀️ Estoy acercándome mucho a los 40 años.

🧉 Escribo esto entre mate y mate.🧉
¡Aguante Messi, la tortilla española y el dulce de leche!

Por último: como los relatos implican la intimidad de un pequeñisimo menor de edad vamos a conservar en privado los nombres y rostros.

Inicio en la lactancia

Llegar a casa con tu bebé supone muchas cosas: (crees que) ya pasó lo peor, comienza tu nueva vida, estás feliz de por fin volver a ese lugar donde te sentís tan segura y tenés tu cama y tu baño y QUERÉS SALIR CORRIENDO DE NUEVO AL HOSPITAL. Ese alta que habías deseado con todo tu ser los últimos días, por ahí no es tan genial como creías. Tenes que asumirlo: ya no tenés un botoncito que hace que una enfermera acuda a tu rescate en 5 minutos. ¿Y si le pasa algo al bebé? ¿Y si se me salen los puntos? ¿Y si algo anda mal y no me doy cuenta? Tomás valor e intentás dormir. 

La primer mañana en casa me desperté y ¡necesitaba ir al baño! YO PUEDO, aunque a esa frase la puse en dudas muchas veces durante toda la hora (60 minutos literales), que duró el idilio. Ponerse en pie, sentarse en el inodoro y volver a pararse con una cesárea reciente debería ser premiado con una medalla olímpica al conseguirlo.

Hora de comenzar el día, sin dudas lo mejor para esto: un buen desayuno. Comenzaba así el segundo desafío del día. Me dispuse a darle la teta a Javi. Ese momento donde tu bebé te mira a los ojos y vos estás emocionada. Tu bebé se alimenta y vos junto a la leche, también le das todo tu amor y no paras de mirarlo. Y si, esto también pasa… Pero lo que no te habías imaginado así es el lado B de todo eso. Particularmente yo creía que lo estaba alimentando, pero dos días despúes terminé en la guardia con dos sandías gigantes, duras y calientes en el pecho. Estaban tan grandes que la boca de Javi rebotaba en vez de poder llevarselas a la boca y succionar. Claramente me asusté muchísimo y hecha un llanto le pedí que me llevaran al hospital. Dos días dure fuera. Me sentí completamente superada por la situación. Creí que había fallado.

En el hospital me tranquilizaron, y también me explicaron TODO LO QUE ESTABA HACIENDO MAL. Hoy lo miro para atrás, aunque mucho tiempo aún no pasó, y creo que lo que hice mal es: no prepararme para ese momento como lo había hecho para el parto. Más allá de que me faltaba práctica (y eso solo llega con el bebé en brazos), me faltaba información. A partir de ahí, todo se fue acomodando de a poquito.

Una vez que vas dominando la técnica para amamantar, el bebé llora menos y se lo ve mejor. Eso solo ya te reconforta. El camino comienza a allanarse. Comienzas a sentirte mejor día a día, poco a poco. 

El sacaleche: MI MEJOR AMIGO

Con el correr de los días todo comienza a acomodarse. Podés reirte sin que te duela la cesárea (si es también tu caso) y ese es un indicio de que todo va viento en popa. Es en ese momento en el que hace su entrada triunfal él, mi aliado y cómplice: MI SACALECHE. Comenzar a sacarme leche y generar un pequeño banco de reserva me generó un cambio radical. Perdón, me corrijo: nos generó un cambio radical a todos en casa.

🍼 Aumenté la producción de leche y mi bebé estaba más satisfecho.

🍼 Podemos compartir la lactancia. No es lo mismo dar la teta que un biberón claro está, pero algo acerca.

🍼 Podíamos turnarnos para alimentarlo a la noche y descansar mejor (colaborando con una recuperación más rápida para mi y mejor humor para ambos).

🍼 Ganamos en tiempo para cada uno sin sacrificar la lactancia materna. 

🍼 Estoy tranquila de que si necesito tomar medicamentos, podré continuar con mi plan de lactancia materna exclusiva.

Todas estas posibilidades que genera un biberón con formula, se pueden lograr sin interrumpir la lactancia materna exclusiva. Aclaro que no en todos los casos se puede mantener, y no es malo tampoco. Si estás leyendo asumo que querés dar la teta todo lo posible, y si no se puede y tenemos que complementarlo con formula ¡con formula se alimenta! Pero, y hablo desde mi y respetando otras opiniones, quiero hacer todo lo posible por poder mantenerlo. 

Me encantaría que me dejes un comentario contándome como fue tu llegada a casa y el inicio de la lactancia.- ¿Hablamos?

ATENCIÓN: Todo lo expuesto en esta WEB son las conclusiones de una mamá en práctica. No soy medica, ni matrona, ni me dedico a la salud. Si bien toda la información que tengo la fui cotejando con matronas y pediatras, ya que quiero garantizarle a mi bebé el mejor bienestar, no me convierte en palabra autorizada. Creo que debe ser tomado como una opinión y ante dudas consultarlas con el personal de salud de tu confianza.